Pensamiento mañanero en Santo Domingo en el año 1991
por Enrico Montelli
Me despertó el zumbido de un mosquito,recalcitrante en abandonar el lugar del banquete nocturno donde, con habiles y certeras picadas, había taladrado mis
redundas partes descubiertas.
Con perezosa dificultad, me sacudí de los melifluos y morfeicos abrazos mientras que en vano trataba de prender la luz, yá que tampoco esta vez el fluido electrico fluíba.
Miré con ojos entreabiertos al día que empezaba, mientras que ideas, imagenes y pensamientos se alternaban desordenadamente y presentí que ese día iba a ser igual a tantos otros que pasaron sin dejar huellas,perdiendose en el ayer.
Con un sopapo arrebaté mis chancletas a Sandra,la gatita, que juguetona se empercinaba en arrastrarlas bajo la cama. Bostezando abrí la llave del lavamano,
ilusionado de que pudiera haber agua; en la penumbra el espejo me devolvía mi descabellada imagen y mientras me miraba, como por una de esas jugarretas de la psique humana, vi al rostro de mi padre, 40 años atrás y con triste emoción comprendí a la vida.